Cap. VIII : “AMBICIOSAS LES DICEN”

Así que así estaban: Jon estaba por su quinto tarro de helado, las chicas estaban molestando a Pete por hablar con James, y… bueno, los demás simplemente estaban mirando el show; al menos hasta que llegó nuestro amigo Brent Wilson (con los otros) y distrajo su atención.
Sí, señoras y señores, algo que no era Keltie distrajo la atención del señorito Ross.
-¿Brent? Nah… - dijeron Mery y Aye a la vez después de seguir la línea de mirada de Ryan.
Claro, porque si no tienen espectadores no hacen espectáculo estas dos. Son cochinísimas.
-Yes, it’s him – dijo Brendon, madelucadísimo, saliendo de su ensoñación con Alice.
-¿En serio? – dijo Aye con tono sarcástico.
-O sea: lo dijimos en forma de pregunta para que tenga más onda, pero ya sabíamos que era Brent, zoquete – le explicó Mery vanamente en castellano.
Brendon quedó con los ojitos llorosos porque no les entendió ni una letra, y de fondo la tenía a Alice asintiendo y riéndose como si hubiese entendido algo. Pobre. El que casi se ahoga con el tremendo cucharón de chocolate amargo que se acaba de meter en su bocota de niño glotón, fue Jon.
-Why does he being here concern you that much? – preguntó Spencer poniendo los ojos en blanco.
Siempre tan superado.
-You’re talking to us? – preguntó Aye fingiendo estar al borde del llanto.
-No, I’m talking to Ryan, but he didn’t seem to notice – explicó el pachoncín.
-Yo te ayudo… - dijo Aye sonriendo – It’s not fair, how come you can [i]be[/i] with James but I can’t be with Joe! – gritó la muy guacha. Y cuando digo que lo “gritó”, lo gritó en serio. Como esa vez que gritó: “¡un puto!”, pero ésa es otra historia…
-WHAT?! – gritó Ryan sin dudarlo dos veces.
A todo esto, James ya se había escondido debajo de la mesa y Mery estaba intentando ahorcar a Aye mientras Eric trataba de separarlas.
(Entre paréntesis el mesero estaba al borde del ataque de nervios)
Okay, una vez más: congelen esa imagen ahí (Aye siendo ahorcada, James escondido, Ryan… y los demás). Justo en ese momento, Brent y Co. pasaron de largo por al lado de su mesa. Y ni siquiera miraron ni un poquito. Ni siquiera Co. miró, ni uno. Seguro lo tenían súper planeado, seguro que estuvieron recorriendo todos los restaurantes de la zona para ver si estaban ellos, seguro lo hacían todas las noches, les apuesto. ¿Saben por qué estoy tan seguro? Porque fueron y volvieron setecientas cincuenta veces para ver si alguien le decía: “Hey, Brent! Tanto tiempo…”. Y de hecho lo obtuvo…
-Brent? – se hizo el boludo Brendon con una sonrisa en su cara deforme fingiendo ser la persona más simpática sentada en esa mesa.
(Probablemente lo último era verdad)
-Brendon, right? – dijo Brent. No sé quién fue peor…
-Don’t pretend you don’t remember me, Brent. It doesn’t suit you – le dijo Brendon levantándose de su silla para ir a saludarlo.
-¿Lo está saludando o estoy viendo colores? – preguntó Mery.
-Lo está saludando… ¡Es un idiota! – se quejó Aye.
-Pero eso ya lo sabíamos… - dijo Mery algo pensativa. Convengamos que no era su mejor noche.
-Ryan! Spencer! How’re you guys? – se acercó Brent cual viuda negra, quería chuparles la sangre (suponiendo que las arañas hicieran eso).
-Hi… – dijo Spencer casi con asco.
-Hello – tiró Ryan con su mejor cara de “¿sabés que no te quiero ver ni un poquito?”.
Sí, son re garcas, pero al cabo que seguro se lo merece (?).
A todo esto Pete había quedado más solo que la macarena en el siglo XXI y, por si haber quedado con la palabra en la boca no fuese suficiente, se había dado cuenta que faltaba alguien.
-Where’s the Keltie girl? - se le escapó el tono paternal en la pregunta.
Pero como ya dije antes, estaban todos muy obnubilados con la presencia de Brent y no le dieron ni cinco de pelotas. Igual Pete no se dio por vencido y siguió preguntando… al aire.
Jon ya se había desabrochado los pantalones porque su panzota no le entraba en ellos, y ahí fue cuando Mery y Aye empezaron su pequeño (ja, sí, justo “pequeño”) berrinche.
-Me quiero ir… - dijo Aye primero, en tono normal.
-Sí, mal… - agregó Mery.
-Brendon… - empezó a joder Aye.
-Ryan… - empezó a joder la otra.
-Brendon, Brendon, Brendon, Brendon, Brendon, Brendon, Brendon, ¡Brendon! – etcetera, etcetera… seguía gritando y gritando, hasta que se pudrió y empezó a picarlo porque Brendon no le respondía. Pero tuvo de darle su atención cuando comenzó a retorcerse como pez fuera del agua.
-What?! – le gritó en medio de las risas. Pobre, ya estaba todo rojo y le costaba respirar. Sin embargo eso no le dio la compasión de Aye.
-I wanna go home – le dijo ella como si tuviese cuatro años.
Y ahí fue cuando la otra empezó a cantar; porque si iba a intentar picar a Ryan iba a salir del restaurant hecha pedacitos.
-[i]No quiero estudiar, I wanna go home[/i] – porque cuando pensabas que no podían tener más problemas que los que ya tenían, te salen con esto.
¿Qué? ¿Por qué? No me pregunten, yo soy sólo el narrador de esta historia, y tengo que admitir que no me pagan lo suficiente.
-De hecho, no te pagan nada – dijo Mery dejando de cantar por un segundo.
Cierto.
Pero volviendo a la historia-
-¿No quiero estudiar, I wanna go home? – preguntó Aye.
Sí, ésa. Ryan lo dejó a Brent hablando solo para enfrentarse a sus pequeñas niñas.
-Brendon, take them home and make ‘em shut up – ordenó.
-Why me? – se quejó el aludido.
Spencer miró a Ryan con cara de “te fuiste al carajo con la órden”, pero no dijo nada.
Entonces Brendon y Ryan medio que se pusieron a discutir y agarrate Catalina. Porque no estaban discutiendo como siempre, esta vez se veía bastante serio. Es más, no había visto a Brendon tan serio por tanto tiempo desde aquella vez que se enteró que Kitty lo usaba. Tan seria se había puesto la cosa que Mery y Aye habían dejado de cantar para escuchar la conversación. En eso, en medio de la discusión, Brendon dejó de mirar a Ryan para dirigirse a Joe. Sí, dije Joe.
-Joe, take the girls home, would you? – chan, sí, ya sé.
Joe no le contestó nada porque estaba totalmente sorprendido sobre la actitud de Brendon.
-Joe… - le llamó la atención agitando en el aire una mano por delante de su vista.
-… what? – preguntó Joe.
A todo esto, Mery y Aye miraban la situación con ojos de Pokemon que no tiene entrenador. Eric, Jon (que ahora estaba un poco más lúcido que antes) y Alice no sabían dónde meterse. Spencer ya no estaba ahí, se había ido y yo no sabía cuándo. James seguía debajo de la mesa (cuándo no).
La situación había dejado de ser divertida de un segundo a otro y comenzaba a alarmarme.
-I asked you if you could take your girlfriend and her friend back home – repitió Brendon.
Joe lo pensó un segundo y después dijo:
-Oh, now it’s my girlfriend? – preguntó Joe pero Brendon no le contestó nada, entonces agregó: - Okay, I’m taking the van –
-No, you can’t take the van – sentenció Brendon, de pronto iluminándose, dejando a Ryan hablando solo.
-Why not? – inquirió Joe mientras se acercaba a Aye.
-Because… no… okay? What’re you doing? – dijo Brendon preocupado mientras observaba a Joe acercándose a Aye.
-I’m taking my girlfriend home… just like you told me to – le respondió Joe, sobrándolo, totalmente caradura, y agarrando a Aye de la mano.
-No, no, no… - Brendon ya estaba al borde de intentar separarlos pero Joe se alejó (arrastrando con él a Aye) rápidamente de Brendon.
-Mary, let’s go! – gritó Joe.
-¿Qué onda con esta gente y los cambios repentinos de apodos? Me marean – dijo Mery mientras iba a sacar a James de la mesa – James-come-on! – le tiraba del brazo para sacarlo de debajo de la mesa.
-There’s no reason! I’m safer in here – le contestó el mariconzuelo.
Y con ese diálogo barato de película independiente que pasan en un canal de cable más o menos cerca del número ochenta a medianoche, la dejó a Mery sin palabras. Por lo tanto, Mery hizo lo que mejor le sale cuando se queda sin palabras (?)… lo arrastró de debajo de la mesa con todas sus fuerzas.
Mientras tanto, entre Brendon y Joe…
-You said to take my girlfriend and her friend home! – le gritaba Joe.
-But you can’t just walk there! – le contestaba el otro, muy pobremente.
-Then let me take the van! – volvió a gritar Joe como por onceaba vez, mientras se acercaba hacia la puerta.
Por si se preguntan, todavía la llevaba a Aye colgada de la mano.
-You can’t take the van! – le respondió Brendon.
-Why… - preguntó Joe.
-… ‘cause I don’t want to walk home… - Ay, Brendon…
Entonces cuando Joe la llevó a Aye hasta la puerta, y Mery arrastró a un muy traumatizado James también hasta la puerta, salieron los cuatro corriendo, sin mirar atrás. Lo que sea que eso signifique.
Y corrieron como nunca corrieron en su vida, al menos por parte de James y Joe. Igual, como que estaban a unas diez cuadras nomás; no sé por qué mierda, Brendon y Joe hicieron tanta perorata, sobre si ir caminando o en la van, pero bueno… allá ellos, ¿no?
-¡NO PUEDO MÁS! – gritó Aye. Como siempre, quejándose.
Y no sé por qué, porque ni siquiera venía corriendo. Déjenme les explico, iba a cococho de Joe, o sea: viajaba gratis, igual que James, que venía encima de Mery, pero por otras razones.
Aye venía encima de Joe, porque aclama que cuando corre se ríe, y si se ríe no puede correr… Sí, seguro…
-¡Es verdad! – le gritó Aye - ¿Ah, re que te lo dije a vos? – me dijo.
¿Qué?
-Que te lo dije a vos… - repitió.
Me perdí.
-Mery está de testigo – dijo señalándola.
-Dejalo narrar, no estoy de humor… lo único que me faltaba era llevar a la papa noisette encima, mis peores pesadillas acaban de ser realizadas – le contestó su amiga.
¿Algún día vas a dejar de hablar como un libro?
-No –
Okay.
Volviendo a lo importante…
-¿Kitty? – preguntó Aye señalando en la vereda de enfrente a alguien vestido con una gabardina hasta los tobillos y unos zapatos de tacón alto.

*Not knowing you'd change for just one bite...*

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