-¡Feliz cumpleaños, amigo! Cómo has crecido… - le dije a Ryan en cuanto me lo encontré. Había demasiada gente en ese minúsculo lugar. - ¿Dónde está el muchacho Smith? -
- Spence por ahí anda, con Haley colgando del brazo, seguro. Y Gracias, Brendon, pero sólo es un día más en mi vida – contestó Ryan, siempre tan sustancial.
-No se cumplen veintiuno todos los días, ¿o sí? – agregué abrazándolo.
Iba caminando por el lugar cuando vi a una chica muy parecida a Emily, y me hizo recordarla. ¡Qué épocas aquellas! Éramos tan jóvenes y patéticos. Ya habían pasado algo más de dos años desde la última vez que la había visto, en aquella situación tan extraña. Recuerdo estar abrazándola y ella llorando, pero ya había perdido la razón del porqué.
En esos dos años habíamos conocido el mundo. Nos habíamos hecho famosos, por así decirlo. Habíamos aparecido en Mtv, nominados para unos cuantos premios; algunos perdidos, otros ganados. La mayoría perdidos. Pero eso no era importante. Ya habíamos lanzado otro CD; que nada tenía que ver con el anterior. Crecimos tanto musicalmente. Además, Ryan conoció a The Beatles; ese era un suceso memorable.
También grabamos un concierto, para nuestro próximo DVD, que no saldría hasta diciembre de ese año. ¡Cuánto nos divertimos en esa gira! La Honda Civic. Estuvo fenomenal.
Venía pensando en eso, en nuestro éxito, en nuestras vidas, en nuestra existencia como banda en este mundo, cuando me encontré con quién quería ver.
-¡Spencer! – grité alzando los brazos.
-¡Brendon! Creí que jamás llegarías… - dijo mi amigo liberándose del agarre de su “más que novia” para abrazarme.
-Pero llegué, llegué… Feliz cumpleaños. El Porche, digo… Mi regalo está afuera – le dije señalando hacia la puerta.
-Claro, como si fueses a regalarme un Porche, Urie… Nos conocemos hace rato – comentó Spencer dejándose agarrar de nuevo por el abrazo permanente de Haley.
-No me pongas a prueba, Smith… - amenacé con media sonrisa en el rostro – Hey, ¿has visto a Shane? No lo encuentro por ningún lado… - pregunté. No sé por qué quería hablar con Shane, quiero decir, aún seguía viviendo con él.
Preguntar por Shane era como una especie de muletilla para mí. Él era mi salida en estas fiestas, ya que Ryan se la pasaba con Keltie (su novia del momento), Spencer y Haley no se separaban por nada del mundo, y Jon era demasiado sociable y había llevado a Cassie (su novia) a la fiesta. Shane era mi salvación en ese mar de gente.
-Recién vi a Regan yendo hacia allí – me dijo señalándome algún lugar más allá de mi hombro.
-Gracias… - dije y me di media vuelta a perseguir a Regan.
Claro, ustedes no saben quién es. De acuerdo, Regan es la novia de Shane. Ella y Dylan se habían mudado con nosotros hacía un par de meses. Sólo por si acaso, aclaro: Dylan es un perro. Ni idea qué raza es, ya que no sé de esas cosas. Pero sí sé que ése pequeño diablillo me está dando ganas de tener más “bichitos” correteando por la casa.
Seguí caminando, pensando nombres para perros. Es que estaba aburrido, ¿pueden culparme? Además, la mención de Regs (como yo llamaba a la novia de mi amigo Shane) me hizo acordar de eso en seguida. Había recorrido poco más de un cuarto del lugar cuando la ví. Es decir, cuando vi su cabello rubio escurriéndose entre las personas. Caminé un poco más y le hablé al oído.
-¿Qué hace una muchacha tan bonita merodeando por ahí solita? – pregunté poniendo voz de seductor. O al menos es lo que me pareció a mí.
-¿Cuántas veces tendré que explicarte que no debes seducir a la novia de tu mejor amigo? – dijo ella volteándose.
-¿Y quién te ha dicho que Shane es mi mejor amigo? – inquirí.
-¡Brendon al fin llegas! Quería presentarte a alguien – dijo Shane arrastrándome a su lado.
-Shane, ¿cuántas veces tengo que decirte que… no… quiero... que…? – me quedé sin palabras; estaba viendo demasiado de cerca, para mi gusto, a la chica que se parecía tanto a Emily. Llevaba un vestido negro por encima de las rodillas, con un pronunciado escote y parecía ser de espalda descubierta, pero no quiero sonar muy baboso. Tenía zapatos de cuero altos aunque aún así seguía viéndose muy bajita. El mismo color de pelo que Emily, pero lo llevaba un poco más largo, algo así como rebajado. No sé si es esa la expresión, recuerden que me corto mi propio pelo.
Lo de “demasiado cerca para mi gusto”, fue porque desde esa distancia mi cerebro acababa de volverse gelatina recién hecha…
-Hola – dijo mostrando una amplia sonrisa. Al verla más de cerca noté que no tenía pecas. Y sus ojos se veían celestes claro.
Lamento informarles que sí tenía la ilusión que sea ella.
-Hola… Yo soy Br… Brendon Urie – logré decir al fin.
Ella me tendió una mano para que la estrechara. Luego del informal saludo continuó.
-Shane, Regan, Brendon, acérquense más: quiero una foto de ustedes tres –
Entonces noté que tenía una cámara digital último modelo colgando del cuello. Con razón era una conocida de Shane, ¿cómo no lo vi venir?
-Los dejo para que se conozcan – dijo Shane guiñándole un ojo a la chica y llevándose a Regs consigo.
-Y… ¿Qué te trajo aquí? – pregunté para intentar desviar todo tema de conversación de mí.
-Déjame pensar, creo que el cumpleaños de Ryan Ross y Spencer Smith. Guitarrista y baterista de Panic At The Disco… – anunció golpeándose el mentón distraídamente con el dedo índice.
-No seas así, tengo sentimientos – le dije frunciendo el ceño y ubicando mi labio inferior sobre el superior.
-Trabajo para NME – dijo sacándome una foto. Me tomó totalmente desprevenido.
-Ah… - comencé, para luego agregar: - Dime, ¿dejan en NME que sus empleados le digan sus nombres a extraños? – pregunté sonriendo.
Y sí, de pronto me encontré coqueteando con ella. Había estado llorando a Emily por años, y aquí, parada junto a mí, tenía la respuesta a mi vida.
-Sí, pero tú no eres un extraño. Adoro su música, los vengo siguiendo desde que empezaron – comentó. Eso era bueno.
-Entonces… -
-En la Universidad me llamaban Blame - dijo – Ahora me acostumbré, no me gusta que me llamen por mi nombre real. –
-Puedo vivir con eso – contesté soltando una leve risita. - ¿Cuánto hace que saliste de la Universidad? –
-Este Junio terminé de dar los últimos exámenes. NME me contrató enseguida porque ya había estado trabajando como pasante durante mis años de estudio –
Recordé de pronto que Emily tendría que haber terminado su ciclo universitario también para esa época. Me entristeció.
-Genial. Así que te mandaron a cubrir el cumpleaños de dos integrantes de una de las bandas que más te gustan… Qué suerte la tuya – comenté sin ánimos.
-Sí, es cierto. De hecho son mi banda favorita. Pero trato de ocultarlo lo más que puedo – dijo sonriendo y sacando una foto al lugar.
-¿Y por qué Blame? – pregunté luego de un rato.
Ella sonrió recordando algo y luego dijo:
-Soy algo desordenada, y siempre me meto en problemas. Entonces cuando algo raro pasaba o alguna de mis compañeras de cuarto no lograba terminar un trabajo, me echaban la culpa a mí. – explicó – Debo admitir que soy un desastre, pero a veces me culpaban sin yo haber hecho nada, era algo injusto. Sobre todo luego que se corrió la voz: todos me usaban de excusa… - dijo alzando las cejas y curvando sus labios en media sonrisa.
-Pobre Blame – dije pasando un brazo por encima de sus hombros para luego frotar su brazo en forma de confortación.
-Sí, te acostumbras – agregó sin dejar de sonreír.
Dejé de abrazarla para poner mis manos en los bolsillos de mi pantalón.
-Me imagino que vendrás con algún periodista… - comenté como al pasar.
-Sí, mi compañero está allá. Muy ocupado entrevistando a esas señoritas de allí – dijo señalando a un muchacho joven, aunque más grande que yo, seguro. Estaba hablando con algunas meseras, que no parecían estar sirviendo nada para beber o comer. O al menos eso se veía desde aquí.
-¡Ryan Ross! – gritó Blame lanzándose hacia el lugar por donde había visto pasar a Ryan. – Luego seguimos hablando, Brendon. El deber llama. – dijo antes de desaparecer por completo.
Así que así me encontraba. Hablamos durante casi toda la noche, salvo cuando ella corría detrás de Spencer para sacarle una foto. No pudo lograrlo muchas veces, la fotografía era algo que a nuestro amigo Spencer no le atraía demasiado.
Algunos gestos o formas de decir las cosas de ella realmente me hacían acordar a Emily. Y me hacían sentir algo culpable; pero en seguida trataba de olvidarlo.
- Spence por ahí anda, con Haley colgando del brazo, seguro. Y Gracias, Brendon, pero sólo es un día más en mi vida – contestó Ryan, siempre tan sustancial.
-No se cumplen veintiuno todos los días, ¿o sí? – agregué abrazándolo.
Iba caminando por el lugar cuando vi a una chica muy parecida a Emily, y me hizo recordarla. ¡Qué épocas aquellas! Éramos tan jóvenes y patéticos. Ya habían pasado algo más de dos años desde la última vez que la había visto, en aquella situación tan extraña. Recuerdo estar abrazándola y ella llorando, pero ya había perdido la razón del porqué.
En esos dos años habíamos conocido el mundo. Nos habíamos hecho famosos, por así decirlo. Habíamos aparecido en Mtv, nominados para unos cuantos premios; algunos perdidos, otros ganados. La mayoría perdidos. Pero eso no era importante. Ya habíamos lanzado otro CD; que nada tenía que ver con el anterior. Crecimos tanto musicalmente. Además, Ryan conoció a The Beatles; ese era un suceso memorable.
También grabamos un concierto, para nuestro próximo DVD, que no saldría hasta diciembre de ese año. ¡Cuánto nos divertimos en esa gira! La Honda Civic. Estuvo fenomenal.
Venía pensando en eso, en nuestro éxito, en nuestras vidas, en nuestra existencia como banda en este mundo, cuando me encontré con quién quería ver.
-¡Spencer! – grité alzando los brazos.
-¡Brendon! Creí que jamás llegarías… - dijo mi amigo liberándose del agarre de su “más que novia” para abrazarme.
-Pero llegué, llegué… Feliz cumpleaños. El Porche, digo… Mi regalo está afuera – le dije señalando hacia la puerta.
-Claro, como si fueses a regalarme un Porche, Urie… Nos conocemos hace rato – comentó Spencer dejándose agarrar de nuevo por el abrazo permanente de Haley.
-No me pongas a prueba, Smith… - amenacé con media sonrisa en el rostro – Hey, ¿has visto a Shane? No lo encuentro por ningún lado… - pregunté. No sé por qué quería hablar con Shane, quiero decir, aún seguía viviendo con él.
Preguntar por Shane era como una especie de muletilla para mí. Él era mi salida en estas fiestas, ya que Ryan se la pasaba con Keltie (su novia del momento), Spencer y Haley no se separaban por nada del mundo, y Jon era demasiado sociable y había llevado a Cassie (su novia) a la fiesta. Shane era mi salvación en ese mar de gente.
-Recién vi a Regan yendo hacia allí – me dijo señalándome algún lugar más allá de mi hombro.
-Gracias… - dije y me di media vuelta a perseguir a Regan.
Claro, ustedes no saben quién es. De acuerdo, Regan es la novia de Shane. Ella y Dylan se habían mudado con nosotros hacía un par de meses. Sólo por si acaso, aclaro: Dylan es un perro. Ni idea qué raza es, ya que no sé de esas cosas. Pero sí sé que ése pequeño diablillo me está dando ganas de tener más “bichitos” correteando por la casa.
Seguí caminando, pensando nombres para perros. Es que estaba aburrido, ¿pueden culparme? Además, la mención de Regs (como yo llamaba a la novia de mi amigo Shane) me hizo acordar de eso en seguida. Había recorrido poco más de un cuarto del lugar cuando la ví. Es decir, cuando vi su cabello rubio escurriéndose entre las personas. Caminé un poco más y le hablé al oído.
-¿Qué hace una muchacha tan bonita merodeando por ahí solita? – pregunté poniendo voz de seductor. O al menos es lo que me pareció a mí.
-¿Cuántas veces tendré que explicarte que no debes seducir a la novia de tu mejor amigo? – dijo ella volteándose.
-¿Y quién te ha dicho que Shane es mi mejor amigo? – inquirí.
-¡Brendon al fin llegas! Quería presentarte a alguien – dijo Shane arrastrándome a su lado.
-Shane, ¿cuántas veces tengo que decirte que… no… quiero... que…? – me quedé sin palabras; estaba viendo demasiado de cerca, para mi gusto, a la chica que se parecía tanto a Emily. Llevaba un vestido negro por encima de las rodillas, con un pronunciado escote y parecía ser de espalda descubierta, pero no quiero sonar muy baboso. Tenía zapatos de cuero altos aunque aún así seguía viéndose muy bajita. El mismo color de pelo que Emily, pero lo llevaba un poco más largo, algo así como rebajado. No sé si es esa la expresión, recuerden que me corto mi propio pelo.
Lo de “demasiado cerca para mi gusto”, fue porque desde esa distancia mi cerebro acababa de volverse gelatina recién hecha…
-Hola – dijo mostrando una amplia sonrisa. Al verla más de cerca noté que no tenía pecas. Y sus ojos se veían celestes claro.
Lamento informarles que sí tenía la ilusión que sea ella.
-Hola… Yo soy Br… Brendon Urie – logré decir al fin.
Ella me tendió una mano para que la estrechara. Luego del informal saludo continuó.
-Shane, Regan, Brendon, acérquense más: quiero una foto de ustedes tres –
Entonces noté que tenía una cámara digital último modelo colgando del cuello. Con razón era una conocida de Shane, ¿cómo no lo vi venir?
-Los dejo para que se conozcan – dijo Shane guiñándole un ojo a la chica y llevándose a Regs consigo.
-Y… ¿Qué te trajo aquí? – pregunté para intentar desviar todo tema de conversación de mí.
-Déjame pensar, creo que el cumpleaños de Ryan Ross y Spencer Smith. Guitarrista y baterista de Panic At The Disco… – anunció golpeándose el mentón distraídamente con el dedo índice.
-No seas así, tengo sentimientos – le dije frunciendo el ceño y ubicando mi labio inferior sobre el superior.
-Trabajo para NME – dijo sacándome una foto. Me tomó totalmente desprevenido.
-Ah… - comencé, para luego agregar: - Dime, ¿dejan en NME que sus empleados le digan sus nombres a extraños? – pregunté sonriendo.
Y sí, de pronto me encontré coqueteando con ella. Había estado llorando a Emily por años, y aquí, parada junto a mí, tenía la respuesta a mi vida.
-Sí, pero tú no eres un extraño. Adoro su música, los vengo siguiendo desde que empezaron – comentó. Eso era bueno.
-Entonces… -
-En la Universidad me llamaban Blame - dijo – Ahora me acostumbré, no me gusta que me llamen por mi nombre real. –
-Puedo vivir con eso – contesté soltando una leve risita. - ¿Cuánto hace que saliste de la Universidad? –
-Este Junio terminé de dar los últimos exámenes. NME me contrató enseguida porque ya había estado trabajando como pasante durante mis años de estudio –
Recordé de pronto que Emily tendría que haber terminado su ciclo universitario también para esa época. Me entristeció.
-Genial. Así que te mandaron a cubrir el cumpleaños de dos integrantes de una de las bandas que más te gustan… Qué suerte la tuya – comenté sin ánimos.
-Sí, es cierto. De hecho son mi banda favorita. Pero trato de ocultarlo lo más que puedo – dijo sonriendo y sacando una foto al lugar.
-¿Y por qué Blame? – pregunté luego de un rato.
Ella sonrió recordando algo y luego dijo:
-Soy algo desordenada, y siempre me meto en problemas. Entonces cuando algo raro pasaba o alguna de mis compañeras de cuarto no lograba terminar un trabajo, me echaban la culpa a mí. – explicó – Debo admitir que soy un desastre, pero a veces me culpaban sin yo haber hecho nada, era algo injusto. Sobre todo luego que se corrió la voz: todos me usaban de excusa… - dijo alzando las cejas y curvando sus labios en media sonrisa.
-Pobre Blame – dije pasando un brazo por encima de sus hombros para luego frotar su brazo en forma de confortación.
-Sí, te acostumbras – agregó sin dejar de sonreír.
Dejé de abrazarla para poner mis manos en los bolsillos de mi pantalón.
-Me imagino que vendrás con algún periodista… - comenté como al pasar.
-Sí, mi compañero está allá. Muy ocupado entrevistando a esas señoritas de allí – dijo señalando a un muchacho joven, aunque más grande que yo, seguro. Estaba hablando con algunas meseras, que no parecían estar sirviendo nada para beber o comer. O al menos eso se veía desde aquí.
-¡Ryan Ross! – gritó Blame lanzándose hacia el lugar por donde había visto pasar a Ryan. – Luego seguimos hablando, Brendon. El deber llama. – dijo antes de desaparecer por completo.
Así que así me encontraba. Hablamos durante casi toda la noche, salvo cuando ella corría detrás de Spencer para sacarle una foto. No pudo lograrlo muchas veces, la fotografía era algo que a nuestro amigo Spencer no le atraía demasiado.
Algunos gestos o formas de decir las cosas de ella realmente me hacían acordar a Emily. Y me hacían sentir algo culpable; pero en seguida trataba de olvidarlo.
No comments:
Post a Comment